Refracción y corrección visual: Muchos niños experimentan problemas de refracción, como la miopía (visión cercana borrosa), la hipermetropía (visión lejana borrosa) o el astigmatismo. En estos casos, se prescriben gafas o lentes de contacto para corregir la visión y mejorar la calidad de vida del niño.

Evaluación de la ambliopía: La ambliopía, también conocida como «ojo vago», es una afección en la que un ojo no se desarrolla correctamente debido a una visión desigual. El tratamiento suele implicar el uso de parches o gotas oculares para estimular el ojo más débil y mejorar la visión.

Estrabismo: El estrabismo es una afección en la que los ojos no están alineados adecuadamente. Los tratamientos pueden incluir terapia visual, ejercicios oculares y en algunos casos, cirugía para corregir la alineación de los ojos.

Condiciones de párpados y lagrimeo: Problemas como el lagrimeo excesivo o la obstrucción de las vías lagrimales pueden requerir procedimientos quirúrgicos para corregir los problemas de drenaje oculares.

Cirugía de cataratas: Aunque raro en niños, la catarata congénita puede afectar la visión de un niño. La cirugía de cataratas se realiza para eliminar la catarata y restaurar la claridad visual.

Tratamiento de alergias oculares: Muchos niños padecen alergias oculares que pueden causar picazón, enrojecimiento y molestias. Los oftalmólogos pediátricos pueden recetar medicamentos y ofrecer consejos para el manejo de estas alergias.

Control de enfermedades sistémicas: En algunos casos, las enfermedades sistémicas pueden afectar los ojos de los niños, como la diabetes o enfermedades autoinmunes. La oftalmología pediátrica desempeña un papel importante en el monitoreo y el tratamiento de estas afecciones oculares relacionadas.